Testosterona a la venta

Hace unos días cuando Saku leyó éste “articulo” en la zona de contacto tuvo una idea que hoy me encargaré de materializar. Básicamente se basaba en pasar ese montón de estereotipos femeninos al sexo opuesto. Como ella se fue al casorio de sus abuelos y posteriormente tendrá que partir a Brazil, me dejó la peguita de escribir la contraparte de aquel texto. ¿¡Y adivinen qué!? Me di la lata de hacerlo.
Las categorías tienen diferentes nombres pero son evidentes copias de lo que esta en la versión original, así que lea y identifíquese.

Indie/Alternativo (alias el “súper loco ashi”)

Este es nada más ni nada menos que el chico que jamás pescaron en el colegio porque, como les contó a sus amigos universitarios más tarde, “lo suyo era esa onda underground que nadie más en su curso captaba”. Aquel que te dejará en claro mil una veces que el grupo que escuchas lo conoció dos años antes y que cumple con la categoría de indie/super alternativo/extra drumm bass que sólo él puede entender.
Se jactará de ser melómano, cinéfilo y amante de la cultura urbana. Pero aunque aparente ser un ser completamente antisocial asistirá a cuanto concierto pueda para conocer humanos. Esto solo porque vive pegado el día completo al computador y tener encuentros en persona le tedioso.
Este tipo de especimenes ya no usan fotolog porque es muy poblado, sino que tienen la versión mejorada de flickr y se mandan mensajitos con los mismo que tenían antes en sus f/f. Aman por sobre todas las cosas a Mac, Firefox y todo tipo de blog lejanos al blogger. Porque en definitiva además de ser “ezpeciales” en la música que escuchan son seres que deben inmortalizar su extenuante vivir en internet, tener Wordpress y acompañarlo con una de esas canciones que sus itunes tocan el día completo.
Van al Cine arte alameda, se juntan en la Sala Master, se pasean por la Batuta y tratan de borrar su paso por Blondie. Escuchan la radio Concierto y la Zero. Fueron a Moby porque es un clásico pero no se pasearon por The Strokes porque es muy típico y gringo (recordar que Europa es lo mejor para la mayoría). Hace dos años no pensaban lo mismo, pero este tipo de hombre ha olvidado su pasado en dos segundos y es ahora un adulto joven.

Metalero

Todo hombre de pelo largo, sucio y con muñequeras negras es parte de este grupo. Los parches, las caras de odio y las poleras de rotas de iron maiden -u otros- son muestras de que el tipo que ves es sin duda un chico metal. El negro es su color y las sangre el acompañamiento. Amaran casi por regla todas las cosas lejanas al afecto tipo village y todo tipo de alcohol. Sabrán entender como cada grito de esas canciones incomprensibles significan una palabra y mientras intentan explicarte aquello te perderás mirando poleras con dibujos irreproducibles que también resultan ser letras. De más esta decir que si andas con uno de ellos deberás acostumbrarte al ruido de su música que probablemente ni entiendas, todo mientras escuchas la Futuro y te preguntas como es que te metiste en eso.


Galanzote a la latinoamericana

Este es el tipo de hombre que no es feliz estando con una, dos o tres chichas sino que necesita más y varios coqueteos ocultos para sentirse cuatro veces más hombre de lo que en realidad es. Aún así aparenta ser un adulto y en ello se basa su alcance con el sexo opuesto. Tiende a salir con chicas muchos menores que él y casi siempre en contextos algo turbios, obviamente alejados de la ley. Sabe bastante de cosas que no le interesan a nadie y te invitará a juntarte con compañeros de oficina que podrían ser tus padres. Quizás uno de ellos realmente lo sea.
Sujeto fijo de las impotencias y homosexualidad escondida.


Surfista de 4ta

El usa trajes de baño y poleras de marca (Si no sabes que es Lacoste o Ralph Lauren estás perdida). Su pelo probablemente será rubio y sus ojos azules. Gustará del reggeatón y no conocerá más allá de Tobalaba. La gran mayoría de sus juntas serán en el Alto las Condes o en el Portal de la Dehesa. Su futuro está asegurado desde que nació lo que lo hace un buen partido, esto solo si logras soportar su pinta intento de hip hop, hablando del bling bling y las injusticias sociales. Algo irónico entendiendo el caso.
Probablemente su familia sea parte de las que cometieron el error de venirse a chile –todos de apellidos europeos- y que a la vez asidua en las páginas sociales del Mercurio.
Siendo optimista alégrate, por fin conocerás Borderío y lograrás diferenciar entre todos esos diminutos mamones que tus nuevas amigas tendrán.

Intento de Mapu

Él probablemente no vivió siquiera el régimen militar pero la cantidad de posters de allende y cantante nacionales de la época te harán pensar lo contrario. Es uno de esos chicos que andan con chalas, chalecos de alpaca y bolsos predicando la paz por el mundo. Creerá en que realmente puede cambiar el sistema, en especial alejándose de la carne. Eso si es imposible que se aparte del cigarro porque es parte de su onda, igual que la barba y el aspecto desaliñado que probablemente tendrá. Eso sí en sus misiones las tabacaleras estarán lejos de sus reformas.
Nunca anda con plata y idolatra al Che Guevara, tanto que en una de esas hasta ande con una chapita de él. Sin saber que este personaje se revolcaría en su tumba si se enterara.

Emo/Otaku/Ñoño

Esta es la versión más extraña (y agregada) de las anteriormente mencionadas.
El primero usará mil chapitas en su gorro, ropa, mochila, etc…al punto que no sabrás distinguirlo entre tanta estrella plastificada. Usa de esos gorros de camionero gringo y le dice a todo el plantea -todo el tiempo- que tiene pena. Siempre adolece de algo con alguna canción que lo represente. Sino estará gritando por las calles que anda enamorado, y mientras pone en su fotolog una foto de él mirando hacia abajo y con la cámara en las alturas dirá que te ama con algún sobrenombre que podrías llegar a detestar. Porque a él le gusta expresar sus sentimientos, casi al punto de lograr que vomites.
Los otakus siguen el patrón de las chapitas pero dos veces más grandes y sólo en sus bolsos. Hablan el día completo en japonés y de series que con suerte puedes nombrar. Tiene mil personajes animé favoritos y una colección de Hentai escondida en su pieza. Porque admitámoslo, no hay otaku que no niega una especie de porno-anime en sus manos. El Eurocentro será su segundo hogar y odiará a muerte a Invasión. Por lo menos los que se llaman verdaderamente otakus dice hacerlo.
Los ñoños en cambio son aquellos que aparecieron en televisión para el estreno de Harry Potter. Se han leído el señor de los anillos un millón de veces e incluso estudian gran parte de sus lenguas. En casos graves se saben series que sólo ellos conocieron o películas que ya no pueden tener más cultos a su haber. Una de ellas inevitablemente será Star Wars, y si llegas a pololear con un hombre así –sobra decir que estos sujetos rara vez tienen pareja- tendrás que entender que ser jedi es más que una religión sino que una forma de vida y que esa es suficiente razón para mudarte a Australia.

Y al final de tanta búsqueda insensata de algo que cumpla un tercio de lo que debería ser una relación normal te darás cuenta que lo tuyo ya no son los hombres sino que prefieres quedarte con gatos por siempre y alejarte de tanto “quilombo”.
Por lo menos ese parece ser mi caso.